viernes, 14 de junio de 2013

los nuevos tratamientos del cancer

Roy Herbst, profesor de Medicina de la Universidad de Yale, lo logró al
utilizar un anticuerpo creado en el laboratorio, por ahora conocido como
MPDL3280A, que tiene en su mira a una proteína característica de ciertos
tumores, llamada pd-l1, producida por el cáncer para pasar inadvertido.
Cuando dicha molécula se junta con la proteína, el tumor se queda sin
disfraz y es atacado por los linfocitos T, los mejores soldados del
sistema de defensa.

En un estudio preliminar con esta droga en 140 pacientes con cáncer
avanzado de pulmón, melanoma, hígado, colon y estómago, que habían
recibido tratamientos sin buen resultado, se observó que en 29 de ellos
sus tumores disminuyeron de modo impresionante, especialmente los de
pulmón y piel.

Otra terapia similar, que combinó dos anticuerpos monoclonales, también
arrojó resultados asombrosos presentados en ese mismo evento. Se trata
de ipilimumab y nivolumab, dos anticuerpos que redujeron el melanoma en
la mitad de pacientes participantes. De 52 enfermos, 16 vieron disminuir
en un 80 por ciento el tamaño de sus lesiones cancerosas. El autor del
trabajo, Jedd Walchok, del Memorial Sloan Kettering Cancer Center,
señaló que la droga va dirigida a dos proteínas que funcionan como
frenos del sistema inmune. Su acción consiste en lograr que el propio
cuerpo ataque al cáncer.

Todas estas moléculas hacen parte de lo que se conoce como inmunoterapia
y tienen en común que van dirigidas a puntos clave del tumor
identificados previamente. Al atacarlo con tal precisión, afectan el
cáncer pero no las células sanas.

Son drogas con un objetivo concreto, a diferencia de la quimioterapia
que es letal y dispara indiscriminadamente, lo cual acaba con las
células buenas y malas. Por ello los efectos secundarios, como la caída
de pelo y las náuseas, entre otros, a veces parecen más graves que la
enfermedad. "Pero hoy, gracias a esos nuevas moléculas el término clave
en cáncer es medicina de precisión", dice Gary Schwartz, jefe del
servicio de Oncología del Memorial Sloan Kettering Cancer Center.

Una de las primeras de estas drogas fue trastuzumab, cuyo objetivo es la
proteína HER2 que usualmente está activa en ciertos tipos de cáncer de
mama y desempeña un rol importante en su progreso. Pero hoy hay más
moléculas dirigidas a muchos otros puntos. El médico oncólogo Jose
Baselga señala que gracias a esas nuevas drogas se están viendo
progresos en todos los tipos de cáncer, aun en los más difíciles. "Hace
unos años el melanoma tenía un manejo complicado y nada parecía
funcionar. Ahora tenemos inhibidores para diferentes señales moleculares
en este tipo de tumor", dice.

El melanoma ocular, un cáncer raro que solo afecta a 2.000 personas en
Estados Unidos cada año, ilustra este punto. Aunque se detecte a tiempo,
los pacientes mueren porque se extiende a otros órganos. "No hay nada
para detenerlo", dice Schwartz. Pero después de la evidencia presentada
en el congreso hay esperanzas. Richard Carvajal, del Memorial Sloan
Memorial Kettering Cancer Center presentó un trabajo que demostró que la
droga selumetinib disminuyó este melanoma en la mitad de los pacientes
estudiados, un logro mucho mayor al de la quimio. "Es el primer avance
real", dice Lynn Suschter, oncóloga de la Universidad de Pensilvania.

También se dio a conocer una terapia con sorafenib para personas con
cáncer de tiroides que no responden al yodo radioactivo. Según Marcia
Brose, directora del estudio, el medicamento prolongó la vida por cinco
meses, un hito en dicho mal.

"Se escanea el genoma del tumor y en siete días el médico tiene los
resultados. Con esa información, da un tratamiento que ha mostrado ser
efectivo para ese cáncer especifico", dice Schwartz. Este tipo de
análisis llevará a que eventualmente se clasifique el tumor no por el
lugar donde aparece sino por su mutación genética. "Por ejemplo, a los
que tienen el braf, una proteína que promueve el crecimiento del tumor,
y es común en el colon, los senos y el melanona, los llamaremos 'tumor
braf'", dice Schwartz.

El gran escollo es el costo no solo en Colombia sino en el mundo. Un
solo tratamiento puede valer hasta 45.000 dólares al año. Desde el punto
de vista de la salud pública prolongar seis meses la vida de alguien con
cáncer a un precio tan alto puede no ser costo-eficiente pues con esa
plata se podrían vacunar muchos niños. Pero desde la perspectiva
individual, cada día para un paciente es un regalo que no tiene precio.

Ese será un dilema por resolver. Mientras tanto, estos avances
científicos, unidos a una mayor precisión en la cirugía y en la
radioterapia irán añadiendo poco a poco esperanzas para muchos. Como
señala Dan Keller, escritor especializado en medicina y ciencia, "es un
momento interesante para el cáncer porque de una enfermedad fatal hace
diez años hemos pasado a una crónica".

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